Confieso que me estoy perdiendo algo en esto del microblogging. Parece que Twitter es el sitio de moda, para bien o para mal. Eduardo Arcos, Enrique Dans, ¡hasta Pedro Jorge!, todo el mundo se apunta al carro.

Pues lo siento, pero no creo que siga este carro. No le veo yo el punto. No me imagino pregonando a los cuatro vientos lo que hago en cada momento. Si la vida es lo que pasa mientras haces planes, también se podrí­a decir que es lo que pasa mientras le cuentas al mundo cada detalle de lo que haces.

Eso sí­, reconozco que en alguna situación puede ser útil:

  • «Estoy en el baño de la cuarta planta y acabo de descubrir que no hay papel. ¿Alguien que me acerque un rollo?»
  • «Voy a la máquina de café. A los tres primeros que vengan les invito yo, que si me dejáis solo me aburro»

Pero si hay algo que me hace desconfiar de Twitter es su poco rigor estadí­stico. Si se supone que un hombre piensa en sexo una vez cada siete segundos, ¿dónde están todos esos comentarios??? Si es que mucho exhibicionismo social pero en el fondo sois todos unos tí­midos…