Ivanhoe
Walter Scott, 1820
Planeta, 1991
Para empezar a hablar de este libro, me gustaría decir que no tengo ni la más mínima idea de cómo ha llegado a mis manos. No sé cuando lo compré, ni donde, y aunque en principio pensé que sería en una feria del libro de ocasión o algo así, está en tan perfecto estado que lo debí comprar nuevo.
El caso es que lo tenía pendiente en la lista de cosas a leer, y después del líder resonante, tenía que cambiar un poco de temática. Lo único malo, que por tener que estudiar continuamente he tardado apenas dos meses en leerlo. Poco más de 500 páginas que en circunstancias normales habría devorado en una semanita.
Porque el libro en sí es fácil de leer. Como bien indica la contraportada, Ivanhoe no es más que un cuento de caballeros, un poco más largo de lo habitual. Y así aparecen personajes como Ricardo Corazón o Robin Hood, que no podían faltar en este tipo de fiestas.
El libro, muy recomendable. Lectura ligera, con lo que tiene haber sido escrito en el XIX, bastante planito (el bueno es bueno, el malo es malo, y profundidad psicológica la justa), y un final en el que sorprendentemente no todo el mundo acaba feliz. De hecho, como en la vida real, probablemente el personaje que más se lo merece es el que no lo consigue.
También sorprende que, llamándose el libro precisamente así, sea Ivanhoe uno de los personajes que menos interviene de forma activa, aunque a su alrededor se desarrollan buena parte de los acontecimientos.
Otra de Scott que habrá que leer: Rob Roy. Y ver la adaptación de Ivanhoe al cine, con Robert Taylor y Elizabeth Taylor, claro. Si alguno se anima, Ivanhoe está disponible a través del proyecto Gutemberg en inglés. Y Rob Roy también, claro.